De todos es conocido que es recomendable hacer ejercicio de intensidad moderada al menos 3 veces por semana. Caminar es la opción más popular, es accesible a una gran mayoría, de bajo costo, proporciona un buen entrenamiento muscular y no es necesario pasar por un proceso de aprendizaje para realizar la actividad. Entrenando con la cinta de correr se consiguen resultados parecidos al caminar al aire libre pero con algunos beneficios físicos y prácticos añadidos.

Fuerza músculo-esquelética y tono muscular

Caminar regularmente sobre una cinta de correr ayuda a mantener un sistema músculo-esquelético sano. El sistema músculo-esquelético incluye los músculos, huesos, ligamentos, tendones y articulaciones. Al igual que un ejercicio de levantamiento de pesas, la cinta de correr ejerce una fuerza de tracción sobre los huesos que es beneficiosa para prevenir la pérdida ósea relacionada con la edad. Caminar también tonifica los músculos de las piernas y las nalgas. Elevando ligeramente la inclinación de la cinta mejora el efecto de tonificación de las piernas.

Flexibilidad de las articulaciones

Un ejercicio de intensidad moderada, como caminar, mantiene la flexibilidad de las articulaciones. Esto es especialmente importante para personas que padecen artritis. Caminar sobre una cinta de correr en lugar de hacerlo sobre pavimento o asfalto tiene el beneficio adicional de reducir el impacto que se produce al caminar en tobillos, rodillas y articulaciones de la cadera, ya que estas están dotadas de sistemas de amortiguación para reducir y amortiguar el impacto. Esta sistema de reducción del impacto permite realizar el ejercicio con menos estrés en las articulaciones que ocurre al caminar sobre asfalto o pavimento. La cinta de correr también ayuda a reducir el índice de accidentes y lesiones que se producen al caminar al aire libre y sobre superficies irregulares.

Ejercicio cardiovascular

Caminar sobre la cinta de correr a paso acelerado ayuda a mejorar el sistema cardiovascular, fortaleciendo y que podría reducir la presión arterial. Caminar asiduamente también ayuda a disminuir el nivel de colesterol, reduciendo por lo tanto el riesgo de sufrir un infarto o un derrame cerebral. La gran mayoría de cintas de correr incorporan dispositivos de sensor de frecuencia cardíaca para ayudar a optimizar el entrenamiento cardiovascular.

Reducción de Riesgo de Enfermedades

Caminar en la cinta de correr asiduamente puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2, prediabetes, artritis degenerativa, presión arterial alta, depresión, insomnio y cáncer de mama y colon. Caminar en la cinta de correr o participar en otra forma de ejercicio de intensidad moderada durante al menos 150 minutos por semana reduce el riesgo de muerte prematura.

Control de Peso

Caminar en la cinta de correr o al aire libre ayuda al control del peso mediante la quema del exceso de calorías manteniendo una tasa metabólica alta. Algunos modelos de cintas de andar y correr incorporar el dispositivo de contador de calorías, que hace una estimación del número de calorías quemadas durante el ejercicio. Esta información resulta de gran utilidad para aquellas personas que están tratando de perder o controlar su peso.

Conveniencia

Caminar en una cinta de correr en lugar de hacerlo al aire libre evita algunos de los inconvenientes que puede tener el caminar al aire libre. No existe la necesidad de preocuparse por el tiempo ni la contaminación del aire. Con la cintas de correr para casa, se puede disfrutar de la libertad de entrenar en cualquier momento que se desee, además se puede realizar otras tareas mientras se ejercita en la cinta como, continuar con la lectura de nuestro último libro o bien deleitarse con el programa de televisión favorito.

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